Nosotros

La Dolce María nace en 2019 como el legado centenario de una familia heladera en la que el trabajo, la pasión, el amor y el compromiso van de la mano. El camino ha sido largo y, en ocasiones, espinoso, pero cuando existe conocimiento y amor en lo que haces, las ganas vencen cualquier obstáculo y el tiempo solo se transforma en una mayor experiencia ganada. En esta nueva etapa, Ángel Ramos, alumno aventajado de uno de los heladeros más reconocidos y creativos del siglo pasado, junto con María, parte de dicha descendencia y apellido, buscan unir tradición con innovación. Protegiendo los sabores clásicos, la cremosidad que abandera una experiencia de más de cien años y el impulso emprendedor de siempre, ahora también se busca una presentación fresca, atractiva y moderna, sobre unas materias primas de primerísima calidad, naturales y respetuosas con el medio ambiente. Esto demuestra que un helado no es solo un producto más, sino una auténtica experiencia para los sentidos, única, original y capaz de distinguirse por sí sola. El legado del que procede la marca no habla solo de una vocación y una creación artesanal, sino de un afán de superación y mejora constante en el que, una vez más, la reinvención, actualización y crecimiento se elevan como valores imprescindibles para ofrecer un producto especial que vaya mucho más allá de lo comercial.